Lo que más disuade a los compradores es el gasto que todavía se califica de “elitista” a la hora de comprar un coche, y la vieja cuestión de la duración de las baterías.
Un temor que, aunque plausible al principio, dado también el factor de novedad e innovación que parecía limitar la “cuestión eléctrica” a unos pocos, hoy es un sentimiento que se ha mantenido pero que empieza a carecer de fundamentos sólidos, dada también *la difusión* de las columnas en Italia y sus principales centros.
Esto no quiere decir que el coche eléctrico no pueda mejorarse.
De hecho, se habla mucho de la autonomía de las baterías y de cómo podría mejorarse, haciéndolas más eficientes y menos caras.
En un mercado que está ganando impulso, como el de las baterías, también se empieza a reconocer que la autonomía de éstas es un “espacio muerto” que no canaliza energía.
Según el electroquímico Euan McTurk, de “Plug Life Consulting“, la batería debe estar compuesta al 100% de material activo: cada parte del paquete de baterías debe almacenar energía”, lo que en la práctica se traduce ahora en baterías de gran tamaño, pero que en consecuencia exigirían una estructura aún más pesada para soportarlas.
El peso de las baterías y, por tanto, de los coches es, de hecho, el mayor reto para un diseñador.
Las baterías suelen utilizar módulos de celdas que se conectan entre sí en paquetes. “Los módulos estándar pueden encajar bien dentro de algunos packs, pero dejan grandes áreas de espacio ‘desaprovechado’ en otros. El espacio desaprovechado equivale a peso muerto”. Dice Richie Frost, fundador y CEO de la empresa de tecnología para vehículos eléctricos Sprint Power.
Las primeras empresas en moverse para mejorar el espacio de las baterías son Tesla y empresas chinas como Byd y Catl.
Según Tesla, el desarrollo de un tipo de pegamento que suele actuar como material ignífugo podría hacer que toda la batería soportara carga, ahorrando 370 partes del vehículo que se eliminarían; esto supondría una reducción del 10% del peso total y una reducción del 7% por kilovatio-hora en el coste de la batería, lo que se traduciría en un aumento de la autonomía.
Desde Shenzen, Byd desarrolla la tecnología cell-to-pack, por la que las celdas se insertan directamente en el pack en lugar de ensamblarse primero en módulos, lo que maximiza el número de celdas que pueden colocarse. También se ha realizado una batería de litio hierro fosfato (Lfp) con mayor estabilidad química y más barata de producir, pero tiene una densidad energética menor que supuestamente podría suavizarse con el mayor número de células que pueden insertarse.
Catl es el mayor productor mundial de baterías para vehículos eléctricos, con una cuota de mercado del 33%, y ofrece la tecnología cell-to-chassis: la batería, el chasis y los bajos de los vehículos eléctricos se combinan en una única unidad estructural de potencia. Al compactar más celdas dentro de cada vehículo, aumentaría la autonomía. Esto permitiría una autonomía de hasta 1.000 km con una sola carga, lo que supone una mejoría del 40% respecto a las estimaciones tecnológicas actuales.
Sin embargo, el estudio está en plena fase de desarrollo, y puede que pasen algunos años antes de disponer de este tipo de productos autónomos, aunque algunas empresas creen que al menos podrán desarrollar la tecnología célula-chasis en un futuro próximo.
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